LLAMADO
URGENTE A LA ACCIÓN: DEFENDER LA DEMOCRACIA CONTRA UNA NUEVA AMENAZA
TECNOCRÁTICA
Por Germánico Vaca
El asalto
más peligroso a la democracia está ocurriendo ahora, y debemos actuar antes de
que sea demasiado tarde. Durante años, no hemos podido reconocer el golpe
silencioso que se desarrolla ante nosotros porque los mismos conspiradores son
los que se han posicionado en el poder. Lo que estamos presenciando hoy no es
solo una lucha política, sino una amenaza existencial a los cimientos mismos
del gobierno representativo.
La
resurrección de una ideología peligrosa
Technocracy
Incorporated, un movimiento radical fundado en 1933, buscó desmantelar la
democracia, eliminar las naciones de Canada, Estados Unidos, Mexixo, Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Colombia para reemplazar la gobernanza con un régimen
autoritario de “expertos” e ingenieros. Esta ideología rechazó la
representación política, la libre empresa e incluso el trabajo humano en sí,
abogando por una sociedad donde las máquinas y los algoritmos controlaran todos
los aspectos de la vida. Hoy, esta misma ideología está siendo revivida bajo el
disfraz del progreso tecnológico por individuos como Elon Musk, Peter Thiel y
sus aliados en el Foro Económico Mundial (WEF).
El abuelo
de Elon Musk, Joshua Haldeman, fue un destacado líder de Technocracy Incorporated en
Canadá. Se enfrentó a consecuencias legales por su participación, pero en lugar
de abandonar su visión extremista, sus descendientes la han resucitado en una
forma más insidiosa y tecnológicamente avanzada. Las ambiciones de Musk van
mucho más allá de la innovación: su objetivo declarado es la creación de una
"Tecnocracia marciana", y sus movimientos en la Tierra reflejan las
mismas aspiraciones totalitarias. La toma de control de industrias, la
sustitución del trabajo humano por la automatización y la subversión silenciosa
de las instituciones democráticas se alinean con la agenda tecnocrática
original.
Musk, Thiel
y sus asociados no están operando de manera aislada. A través de entidades como
Palantir, que se ha incorporado a la NSA, la CIA, el FBI e incluso a la
Seguridad Social, han obtenido un control sin precedentes sobre la
infraestructura de vigilancia y toma de decisiones de los Estados Unidos.
Mediante la manipulación de los macrodatos y la inteligencia artificial, pueden
predecir e influir en los resultados políticos, espiar a los legisladores y
chantajear a los funcionarios para que se sometan.
Esto no es
capitalismo. Esto no es democracia. Esto es una toma de poder silenciosa y
sistemática a través de la tecnología, eludiendo las elecciones, la rendición
de cuentas y el estado de derecho. La infiltración de multimillonarios de
Silicon Valley en agencias gubernamentales, plataformas de redes sociales y
mercados financieros es un ataque directo a la soberanía de las naciones y la
autonomía de los individuos.
El papel de
Trump y la derecha radical
El papel de
Trump en este plan no puede ignorarse. Ha considerado abiertamente la anexión
de Canadá y Groenlandia, ideas que reflejan la visión de la tecnocracia de una
masa continental unificada gobernada por ingenieros en lugar de representantes
electos. Él también es un peón en la agenda más amplia: una figura errática que
proporciona una distracción mientras los verdaderos corredores de poder
consolidan su control.
Las
conexiones entre Musk, Thiel y los extremistas de extrema derecha que buscan
socavar la democracia son claras. Están sentando las bases para un futuro en el
que las elecciones no tienen sentido, las decisiones las toman tecnócratas no
electos y el trabajo humano es obsoleto. Su objetivo final es una sociedad
posdemocrática en la que los ciudadanos se reducen a consumidores pasivos de su
realidad diseñada.
El llamado
a la acción: lo que se debe hacer
Esta es una
guerra contra la democracia y debemos contraatacar con todo el peso de la ley.
Debemos:
1. Invocar
la Enmienda 25 para destituir a Trump de su cargo de inmediato. Su presencia
continua permite y acelera esta toma de poder tecnocrática.
2. Lanzar
una investigación inmediata del Congreso sobre Musk, Thiel, Palantir y sus
vínculos con las agencias de inteligencia. Debemos descubrir el alcance de su
influencia y neutralizar su control sobre la seguridad nacional.
3.
Introducir una legislación para limitar el poder de los tecnócratas no electos.
La vigilancia con inteligencia artificial, la recopilación masiva de datos y la
toma de decisiones algorítmica deben estar sujetas a la supervisión y el
control democráticos.
4. Exponer
la agenda del Foro Económico Mundial y cortar su influencia sobre la política
estadounidense y mundial. El WEF opera como un gobierno en la sombra,
impulsando políticas que benefician a los multimillonarios a expensas de los
trabajadores.
5. Educar
al público sobre los peligros del gobierno tecnocrático. La gente debe entender
que no se trata de progreso; se trata de poder y control.
6. Acusar a
Elon Musk bajo las leyes actuales por subvertir la democracia. Sus acciones se
alinean con precedentes históricos de sedición e intentos ilegales de
desmantelar la gobernanza democrática.
Esto no es
ciencia ficción. Esto es la realidad. Las señales de advertencia están a
nuestro alrededor, y la historia ha demostrado que ignorarlas conduce al
desastre. No podemos permitir que un puñado de multimillonarios desmantelen el
sistema democrático que generaciones han luchado por preservar. El momento de
actuar es ahora, antes de que despertemos en un mundo donde la democracia no es
más que un recuerdo.
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