Lasso Debe Cambiar
por Germánico P Vaca
No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne estos ataques de los pueblos indígenas en contra de las ciudades ecuatorianas nos hace a todos cómplices y culpables de dicha destrucción. No podemos seguir indiferentes en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; nuestra patria, y ello no debe ocurrir entre nosotros.
El primer factor a considerarse es que tenenos que reconocer
que esta situación se ha provocado por una enorme cantidad de fallos que se han
venido acumulando por las dos últimas décadas. Pero una de las cosas que más ha
fallado el gobierno de Guillermo Lasso es que no tiene una doctrina clara a
seguir; el segundo factor es que Lasso no supo aprovechar de su tiempo y
espacio que le brindaron la oportunidad de realizar cambios importantes en la
dinámica económica y política del país. El tercer factor es que cedió su
terreno bajo el pretexto de gobernabilidad. Es difícil entender la poca
capacidad mental de Lasso para pensar que siendo presidente haya creído
necesario llenar su gobierno de ministros socialistas, quienes sin duda alguna
se han permitido hacer un desastre del gobierno y de la agenda que ha tratado
de impulsar Lasso, peor no ha cambiado de estrategia y reparado el enorme error.
Eso nos conduce al cuarto factor y es la falta de establecer su mando y mandato.
El pueblo le otorgó el poder, Lasso no ha sabido usarlo y no ha tenido comando
alguno, ni aplicando la ley, ni usando los poderes que le confiere el ser presidente de una nación y lejos de crear empleo e impulsar industrias se ha dedicado a
ser mendigo de “inversión” y ha puesto al Ecuador en posición de ramera que está
dispuesta a vender su cuerpo y alma, todo a cambio de inversión extranjera que
no ha fructificado y con los eventos de estas últimas semanas no va a suceder, pues el mundo entero puede ver la incapacidad del presidente Lasso en mantener control del Ecuador,
por eso los resultados han sido insipiéntes, y de todas maneras si tan solo vienen a explotar el país no
existe ningún beneficio. Una absurda noción por demás estúpida de un muy inepto
presidente. Y el último factor es la falta de disciplina en seguir y establecer
su agenda.
Un president debe tener una doctrina muy clara para que su
pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde séa, sin
temer por sus vidas ni correr cualquier peligro. Pero nada es seguro en Ecuador
ahora. Las carceles han sido escenarios de asesinatos tan depravados que
verdaderas carnicerias y matanzas han sucedido ante los ojos del mundo.
Mientras tanto el índice de crimen, sicariato, violencia ha ido creciendo bajo
el gobierno de Lasso que es ahora un país donde los ciudadanos mueren de miedo
salir de sus casas.
El tiempo significa saber aprovechar de cada oportunidad, y
especialmente los gobiernos deben saber mostrar su lado blanco y su lado negro,
su Ying y su Yang. Un presidente debe aprender a jugar con factores adversos y
factores positivos. Lasso ha mantenido al Ecuador más de un año en las
penumbras y esa falta de acción se ha desatado en una crisis tan prolongada como
nunca antes vista en Ecuador.
El terreno que ha cedido Lasso en todos lo scampos le han
dejado ahora vulnerable, debil e incapacitado. Pero lejos de corregir Lasso
hace más grandes las distancias entre el pueblo y el gobierno, y ahora no hay referencia
a dónde puede acudir el ciudadano si su gobierno no ha podido velar por su
seguridad ante los criminals, no ha podido actuar contra los indígenas
subversivos, y esto influencia las posibilidades de supervivencia misma de sus
negocios, comercios, y su paz mental.
El mando, autoridad, confianza que un presidente debe entregar a su pueblo es que debe demostrar que parte de sus cualidades son: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina. Lasso carece de todo, sobre todo de inteligencia.
Por último, la disciplina ha de ser comprendida como la
organización y administración de los bienes de la patria y de las fuerzas
militares que garantizan a la nación su seguridad. Pero es demasiado obvio que
Lasso ha demostrado incapacidad en todo. Lamentablemente, el enemigo de la patria es un prófugo con lazos a carteles criminales, Latin kings y la maldita izquierda internacional, Correa quiso ser dictador del Ecuador y robó a gusto y placer de un sector de ecuatorianos que por la absurda ideología socialista de alguna manera créen que Rafael Correa era una versión de Robin Hood, sin darse cuenta que a quienes robó Correa no fue a los pelucones, pero que les robó su patrimonio, su futuro, sus esperanzas.
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