La Maldita
Revolución Ciudadana
Por Germánico
P Vaca
Donald
Trump ganó las elecciones usando los mismos métodos populistas usados por Hitler
y Mussolini el siglo pasado. Su discurso tóxico de división, racismo y de odio está
centrado en rechazar poner los pies en la realidad y en el suelo. Su objetivo
de alcanzar la presidencia hizo que utilice mentiras económicas y promesas
imposibles de cumplir bordeando en la fantasía, pero siempre manipulando las obsesiones
ideológicas de grandeza de los norteamericanos. Desafortunadamente, tenemos un ejemplo real de
lo que sucede en el mundo real cuando un narciso demagogo llega al poder.
Rafael
Correa y la "revolución ciudadana" en Ecuador llevan diez años de
perfeccionar la práctica del populismo que, utilizando propaganda desmesurada,
ataques a la prensa y a sus propios ciudadanos hasta en su libre derecho de
expresión y vendiéndole al mundo el concepto de que son la gran alternativa al
capitalismo neoliberal. Es hora que pongamos fin a la ficción política. No
porque haya una necesidad imperiosa de un debate ideológico, pero porque Rafael
Correa se está convirtiendo en una amenaza al conducir al Ecuador en la misma
dirección que Venezuela.
Rafael
Correa lleva una década de su discurso anti-globalización; anti-imperialista. Aunque ha hecho todo lo que hayan pedido los
que manejan a las marionetas políticas a nombre de la elite mundial. Por ocho
años Correa recibió un sin número de Doctorados Honoris Causa como reconocimiento
por su ardua labor empujando la agenda global del Nuevo Orden Mundial y como
veremos más tarde hundiendo a su país en la deuda, la corrupción y un desastre
económico que será extremadamente difícil superar. Sin embargo, Correa se gastó
más de 44 millones de dólares de su gente para entregar un flamante edificio a
la elite mundial para que lo utilicen como sede de la versión de la Unión
Europea en Sur América UNASUR. Aunque
Correa clama título de Doctor en Economía -su práctica real en su propio país,
es catastrófico.
Correa
demuestra todos los claros antecedentes de un “Caballo de Troya” por el enorme
prestigio, propaganda, alabanzas, premios y reconocimiento por organizaciones
pertenecientes a la elite mundial y la licencia gratuita que le han concedido
la prensa internacional, quienes lejos de ser críticos le han colmado de
maravillosos editoriales, entrevistas y prensa favorable. Algo incongruente porque
Correa no ha escatimado esfuerzo en vociferar a los cuatro vientos que “la
prensa es universalmente corrupta, mercantilista y servil al dogma neoliberal”.
Cada sábado
Rafael Correa les ha llevado de paseo a todo su gabinete a un costo de más de más
de 156 millones de dólares ($300,000 por sabatina x 520 sabatinas) para exponer
en una sabatina su mentiroso discurso socialista repleto de cuentos exóticos de
sus auto aclamados logros. A menudo ha usado el pulpito para romper su propia
constitución y leyes ultrajando, denigrando y vapuleando a todo individuo que
haya tenido la osadía de creer que todavía vivía en una república de derecho. Correa ha utilizado el pulpito político para
declararse dictador absoluto del Ecuador cuando dijo que “el poder legislativo
y el poder judicial tienen que obedecer al ejecutivo.” Algo que ni Stalin ni Chávez
se atrevieron a decir. Pero más allá de la disonancia cognitiva de Rafael Correa
este se ha negado sistemáticamente a escuchar a su pueblo, a oponentes
políticos, ecologistas, feministas, activistas indígenas e investigadores
críticos que han ido desmenuzando la brutal represión que ahora existe en
Ecuador. Al extremo que un capitán de su ejército está en la cárcel hoy 10 de
diciembre porque se atrevió a responder un correo electrónico de Rafael Correa,
en donde le pide por demás educadamente que “haga algo para frenar la
corrupción”.
Correa
y sus fieles lacayos a menudo se hacen las victimas del mundo. La razón es que
pretenden calificarse a sí mismos de ser "progresistas". Aunque todo
lo que ha hecho el partido gobernante, Alianza País es practicar la
partidocracia. Poco o nada se puede lograr asimilar de sus integrantes cuando a
lo largo de esta década se han dado el lujo de hacer Asambleístas una lista
completa de ex futbolistas, reinas de belleza, animadores de televisión y hasta
ex conocidos/as íntimos del líder. Pero
los miles de millones de propaganda han permitido mantener el control de todas
las entidades y movimientos de la izquierda ecuatoriana de la socialdemocracia
y comunistas a través de los indígenas, feministas, ecologistas y sindicatos que,
por las buenas o las malas, con dadivas o amenazas se han mantenido en una
alianza electoral que ha favorecido a Correa y su régimen. Las pocas voces que
se han atrevido a denunciar el modelo dictatorial y autoritario del falso
socialismo XXI han terminado con graves juicios y acusaciones, con sentencias
de cárcel por una justicia secuestrada por el correismo y algunas muertes sin
que hayan sido investigadas.
El
gobierno de Correa es mentiroso
Rafael
Correa ha vivido clamando que el Ecuador ha invertido drásticamente todos los beneficios
obtenidos del petróleo y de sus auto aclamados acertadas decisiones en la
infraestructura. Pero siempre deja olvidado mencionar que el Ecuador ha sobre pagado
por esas obras hasta diez y veinte veces lo que pagan hasta naciones
desarrolladas. Nunca habrá respuesta si ese fenómeno se dio por ignorancia de
Correa o simplemente porque todo su gobierno es corrupto.
Correa ha
creado un sistema económico insostenible porque la creación de empleos fue
hecha gracias a un crecimiento enorme de burocracia que se come todo lo que
produce el sector productivo del país. Ecuador pasó de esta manera de un modelo
de participación a un modelo de prestación de servicio. Es sin lugar a dudas un
sistema destructivo porque se convierte en un animal voraz que se come todo lo
que producen los demás. No importa cuán rentable sea para el Estado los precios
del petróleo aun cuando son altos, pero muy perjudicial cuando bajan en exceso,
como en el 2014. por ejemplo, si bien el petróleo estaba a $ 98 por barril en
el mercado internacional, el gobierno de Correa desesperado por dinero estúpidamente
estuvo negociando con empresas chinas un precio de 37 dólares por barril. Pero al
caer a alrededor de $ 40 por barril, el Estado ha perdido enormes cifras de
dinero, aparte de estar pagando altos intereses en el dinero prestado.
Correa
controla más de 80% de los medios de prensa y televisión en Ecuador. Algo que
la mayoría de gente ignora cuándo le escucha clamar que la prensa es corrupta.
No debería caber duda que en eso dice la verdad pues él sabe que la controla.
Por eso nadie puede extrañarse por las campañas llenas de calumnias viles
contra sus críticos y opositores. Sin olvidar que Correa tiene a su disposición
el ejército, la policía, la fiscalía y un arsenal de sanciones muy
"creativas" - multas a menudo de millones de dólares, amenazas de
prisión, de daño físico y destrucción de su reputación – aparte de toda una
flotilla de troll que bien pagados intentan frenar la disensión en redes
sociales. Todo con un plan concertado de limitar los intentos de críticos de la
prensa escrita.
Ecuador
lejos de recuperar la soberanía sobre sus recursos naturales contra las
multinacionales ha caído presa del modelo rentista: renegociaciones improvisadas
que implican una compensación cara a posteriori, enorme peso de la corrupción
imperante de negociados mal hechos por gente que tienen serios conflictos de
interés. Pero lo que no saben la mayoría de ecuatorianos es que en el año 2007
ya había pronosticado que eso sucedería pues muy claramente tanto el Proyecto Camelot
y PNAC establecían los parámetros de 10 años de infraestructura, seguida por años
de privatización por parte de la elite mundial para tomar los beneficios de
todo lo que se haya gastado y construido por la marioneta del socialismo.
Ahora
ya se puede percibir los avances de la reprivatización desenfrenada que
inicialmente están enmascaradas por concesiones de puertos y refinerías que
denuncian una creciente dependencia de los depredadores de siempre -las
multinacionales- por ahora chinas.
Pero no
solamente eso, las autoridades públicas ahora deben financiar gastos y costos
que anteriormente eran responsabilidad de las compañías privadas. En lugar de
investigar la complejidad y la opacidad de los requisitos legales, técnicos y
financieros que rigen el cálculo de los ingresos del estado, es obviamente más
conveniente para Correa jugar el papel de víctima. Culpando a los ricos, a la
prensa, a la oligarquía y a la ideología imperialista por sus errores.
Correa
se auto proclama el defensor de los pobres contra los ricos, los ricos son -de
acuerdo a Correa- los culpables de la pobreza y que no le permite gobernar.
Cualquier acto de corrupción y crítica de su gobierno son culpables la prensa
corrupta y sus enemigos políticos quienes no tienen conciencia. Pero durante
diez años, son precisamente las políticas de Rafael Correa las cuales han
favorecido fuertemente la concentración de capital en Ecuador, como lo
demuestran las estadísticas oficiales.
Las
cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística de Ecuador (INEC), de
1999 a 2006, antes de la llegada de Rafael Correa al poder, declaran claramente
que la pobreza extrema se había reducido (7,26%) Ahora a pesar de la tan
aclamada reducción de la pobreza por parte de Rafael Correa bajo su mandato
entre 2006 y 2014 es de (7,12%). Que quede claro a todo el mundo. La reducción
de la pobreza en Ecuador es inferior a gobiernos anteriores. Pero es peor las
cifras de pobreza desde el 2014 al 2016 ha incrementado notablemente por los enormes
incrementos en gastos del gobierno e intereses en pagos de la siempre creciente
deuda - aumentó de 21% a 44% del PIB entre 2006 y 2013 - no ha tenido el
impacto esperado en estos indicadores. Por último, la reducción de la pobreza y
la desigualdad es más importante, es equivalente durante el mismo periodo a
algunos vecinos de América del Sur para el gobierno "neoliberal",
como Perú o Colombia.
Correa
ha fracasado totalmente en el cambio de la "matriz productiva” fuera de la
dependencia del petróleo y la economía rentista promocionado por el régimen de
Correa nunca ocurrió. Todo lo contrario, las exportaciones de productos
industriales, que todavía representaban el 25% del total en 2007, lejos de
subir cayeron a solamente a 22,7% en 2010 y un paupérrimo 16,5% en 2014. El
aumento de los aranceles y las salvaguardias a la importación decididas por el
gobierno han tenido un efecto adverso a la economía del Ecuador. Esto combinado
con la caída de los precios mundiales del petróleo a partir de junio del 2014, han
resquebrajado la salud financiera de la nación del Ecuador porque Correa ha
fallado en todo, pero especialmente en no haber creado una verdadera
sustitución estructural en términos de importaciones.
Si bien
las inversiones masivas en infraestructura son lo único rescatable del nefasto
gobierno de Rafael Correa, esto se convertirá en la razón de la caída del
régimen de Correa cuando la gente confronte la verdad de que fue casi un
pretexto necesario para justificar todo el robo que se ha perpetrado bajo
Correa, cuando la construcción de carreteras ha costado en promedio 10 veces
más - de acuerdo con las cifras oficiales – tanto en Estados Unidos como en la
Unión Europea. Pero peor, las obras no fueron realizadas con la supervisión necesaria
ya que no existe una contraloría ni entes de control imprescindibles en
proyectos así y no funcionan como corresponde, no producen electricidad como
fueron diseñadas, no ha mejorado ni la calidad ni la producción en las refinerías.
Hay que decir la verdad. Correa ha sobre pagado, mal gastado y se ha dejado ver
la cara de estúpido. Su ambición de construir obras ha sufrido un
maleficio divino cuando la naturaleza – la corriente del niño y movimientos
sísmicos han destruido cantidad de vías y han denunciado una prematura
decadencia de las carreteras de Correa.
A todo esto,
toca agregar los elefantes blancos que ha creado Correa, algunos de más de
varios millones de dólares en despilfarro abrumador que han creado presupuestos,
como la Refinería del Pacífico, Yachay, repotenciación de las refinerías de
Esmeraldas y Shushufindi.
El
gobierno de Rafael Correa a pesar de un misterioso reconocimiento por parte de
la UN en conferirle un premio por respeto a los Derecho humanos es el más
represivo desde la década de 1980. De hecho, el Ecuador no ha experimentado una
ola de criminalización en la escala que sufre ahora. La justicia en Ecuador
está sirviendo los intereses de Correa y nunca ha tenido la independencia
suficiente como para ofrecer la mas mínima garantía a los derechos humanos y
civiles de sus ciudadanos. Es precisamente por ello que cantidad de
ecuatorianos que han tratado de luchar contra la corrupción han sido brutalmente
atacados y castigados. Activistas ecológicos y hasta la más mínima diferencia
de opinión en su partido ha sido aplastada con insultos, agresión y hasta
destitución de sus cargos.
El
gobierno de Correa ha utilizado a los alza-manos de la asamblea para poder
usarla como espada que esgrime con nuevas leyes que criminalizan al ciudadano
ecuatoriano. Creando así leyes que no son más que mecanismos de represión y
control sobre cualquier oposición. Hay incontable
número de acciones que inclusive pueden ser actos de lesa humanidad en la persecución
contra indígenas en las provincias amazónicas; en contra de colectivos
ambientales y feministas; en contra de sindicatos, excluidos arbitrariamente de
los debates sobre la reforma del código de trabajo; en contra de la unión de
educadores la cual se decretó su disolución administrativa.
Todo
esto ha ido acompañado de avalanchas de propaganda que habla de un Ecuador
ficticio que ante el mundo proclama que es el “exportador de conocimiento”
según Correa el Ecuador es gracias a sus acciones el 'país del buen vivir',
multiplicando los elogios de su auto estima para Correa él ha creado un "gobierno
que es un ejemplo para el mundo", dirigido por el "agente más
apreciado en el planeta" y por supuesto no está mintiendo que Harvard, Yale,
Columbia University le han conferido reconocimientos, pero por supuesto a Rafael
Correa no me conviene contarle al mundo que fue precisamente en estas
universidades que se cocinó el Proyecto Camelot ahora conocido mundialmente
como el Socialismo XXI. Un socialismo a la americana que tenía exactamente el
objetivo de construir la infraestructura con enormes costos para una nación
para que las multinacionales no tengan que hace el gasto necesario para explotar
los recursos de esa nación. En eso Correa ha cumplido a cabalidad con la elite
mundial y hay que darle todo el crédito del mundo. Correa ha sido un excelente “Caballo
de Troya”.
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